Crónica / Finca Simba – La Laguna: de escuela paramilitar a sede de Constituyente del Caribe

​​​El presidente Gustavo Petro se convirtió en el primer mandatario en visitar San Antonio de Palmito, Sucre. El mandatario fue ovacionado por víctimas de los paramilitares de Sucre.

San Antonio de Palmito, Sucre, 21 de marzo de 2024

Apenas eran las siete de la mañana y ya la vía que conduce de Palmito al corregimiento Varsovia estaba inundada por centenares de campesinos que querían asegurar un asiento en el sitio de encuentro con el presidente Gustavo Petro: la emblemática finca Simba-La Laguna.

Los predios de Simba sí los van a entregar a indígenas y campesinos: SAE

Era tanta la gente caminando por la vía, como cuando en Bogotá hay paro de transporte.

Para muchos, fue como un Déjà Vu regresar al mismo predio del que fueron desplazados con violencia y muerte por los paramilitares de ‘Diego  Vecino’ hace ya tres décadas.

La Comisión de la Verdad habla de 400 asesinatos en la región, incluso, los moradores cuentan de fosas comunes descubiertas y otras por descubrir en Simba, la finca que sirvió de escuela para la tortura y el crimen.

Familias enteras de campesinos e indígenas zenúes caminaron, algunos por varias horas, pues llevaban muchos años esperando escuchar del Estado la noticia que, un par de horas después, les dio el primer Presidente de la República en visitar Palmito, la tierra de ‘La Llorona’.

A las once de la mañana, bajo un abrasivo solazo, los más de mil asistentes estallaron en gritos y aplausos cuando divisaron un helicóptero en el horizonte. Parecía un dron. «Petro, Petro, Petro», era el estribillo. El momento quedó captado por cientos, quizás miles, de celulares.

A los pocos minutos el lugar del encuentro se vio inundado por una caravana de camionetas blindadas, y de una de ellas, muy sonriente, apareció ella, la Vicepresidenta y ministra de la Igualdad y la Convivencia, Francia Elena Márquez.

Todos querían saludarla y tomarse una foto. La Vice accedió a algunas, aunque sus escoltas de dos metros fueron rigurosos con el protocolo.

27 minutos después el cielo palmitero fue surcado por otros tres helicópteros Black Howk. No había duda. Era el mismo Presidente en persona. Para ese momento, ya la hacienda Simba-La Laguna era el lugar más protegido de Colombia.

Cientos de uniformados del Ejército, la Policía y la Armada, carabineros, francotiradores, agentes de civil, perros antiexplosivos, y hasta drones de inteligencia, fueron dispuestos. Nada podía fallar.

Es que el Presidente que denunció, cuando era senador de la República, el nacimiento del paramilitarismo en Sucre con la creación, precisamente en la hacienda Simba, de la Convivir Nuevo Amanecer, se había metido en las fauces del lobo.

El operativo se repitió: perros antiexplosivos, carabineros, francotiradores, caravana de camionetas. Por fin, el jefe de Estado había llegado a San Antonio de Palmito.

El mandatario fue recibido en calle de honor por la Guardia Indígena Infantil del Resguardo Zenú: «Guardia, guardia… guardia siempre, por nuestra tierra hasta la muerte siempre», coreaban los niños formando un arco con sus bastones de mando en alto.

Mientras, los gaiteros del grupo Los Consentidos de la Niña Yolis y los bailarines del grupo folclórico Son Cañaveral despertaban las hormonas bailables de costeños, blanquitos y cachacos.

Ya en tarima, el mandatario fue ovacionado en varias ocasiones, pero el momento culmen llegó cuando él mismo sacó su celular para hacer un vídeo…. aplausos, vivas, elogios. Éxtasis total.

Mientras, los gaiteros del grupo Son Cañaveral entonaron lo mejor de las sabanas sucreñas.

Bajo la gran carpa, tapizada por cientos de sombreros voltiaos, nunca como hoy el Himno Nacional había sido entonado con tanto amor patrio.

Después de 54 minutos de intervención, interrumpida con aplausos, vivas y arengas, el primer Presidente en visitar Palmito se despidió con la propuesta de que allí, en Simba-La La Laguna, otrora escenario de masacres, ahora se convierta en la sede constituyente del Caribe colombiano.

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