Con historias, como la de Mambrú, se ayuda a sanar las heridas del conflicto armado en Medellín
El Museo Casa de la Memoria en Medellín, realiza un importante trabajo para lograr que los niños, niñas y adolescentes -uno de los grupos poblacionales más afectados por el conflicto armado en los barrios- superen esta situación, a través de cuentos y de historias que con su propia narración puedan asimilar este flagelo. Y así como el Gato Mambrú se fue a la guerra y volvió, muchos de ellos esperan no pasar por este episodio y en caso de ser sí, no perder la esperanza y superar la situación vivida.
Los cuentos no son cuentos. Cuenta la historia que el Gato Mambrú vivía con sus padres gatunos, en un barrio de Medellín. Él, muy juicioso, le ayuda a sus padres en los quehaceres del hogar y a labrar la tierra. Él estudia en su barrio. Mambrú es hogareño, amable y educado.
Allí en ese barrio estaba también la guerra, una señora a la que todos le temían y que todos se cuidaban de ella. Todos procuran hacer el menos ruido posible para no ser detectados y pasar inadvertidos. Los estudiantes, como el Gato Mambrú, muy callados salen de la escuela y llegan a sus hogares.
El temor está siempre presente en la noche, donde el miedo y la imaginación hacían sucumbir al Gato Mambrú frente a la aparición de la guerra. De ella se decía que era despiadada, egoísta, con una apariencia oscura, grande de cuerpo y boca y con dientes afilados para devorar a sus presas.
Así pasaron los días del Gato Mambrú en su barrio, cuando un día cualquiera, llegó del colegio a su casa, muy silencioso como solía hacerlo, para no despertar a la guerra. Su madre abrió la puerta y le dio su comida, pero había un mal ambiente como si se intuyera que la guerra iba a tocar a la puerta.
Al amanecer del día siguiente sonó la puerta: “Toc toc” y entró la guerra de manera despiadada y se llevó al Gato Mambrú. Despojado de los brazos de sus padres, que con mucho dolor, angustia y lágrimas en sus ojos no tuvieron la fuerza para detener a la intrusa. El Gato Mambrú en medio de su angustia y confusión no alcanzó a despedirse de sus padres, amigos y animales.
Con metáforas como esta, narran los niños, niñas y adolescentes la guerra en sus barrios.
De acuerdo con el Observatorio de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de Memoria Histórica, desde del año 1961 hasta el año 2023, existen 17 865 víctimas y aproximadamente 2 de cada 10 casos de reclutamientos forzado se dieron en Antioquia.
Así como el Gato Mambrú sufrió esta guerra en el país, en muchos territorios se vive una guerra que no distingue género ni estrato social, pero sí llega directo adonde ellos están, para robarles los sueños e ilusiones que sin culpa alguna son arrebatados de su vida, del amor y de la felicidad de ser un niño, niña o adolescente.
Sucede en la vida real
Estos son los cuentos que no son cuentos, si no que suceden en la vida real. Las victimas son los niños, niñas y adolescentes que son reclutados por la guerra, que tiene varios aspectos como: el conflicto armado, el desplazamiento forzado, la violencia sexual, el reclutamiento, las minas antipersonales, el secuestro, la discriminación y el abandono.
Estas son las voces de los niños, niñas y adolescentes a los que día a día la guerra les ha cambiado sus vidas de hogares por la calle, el estudio por un arma, y el amor por el dinero. Esta es la guerra que ellos ven, como un monstruo que llega castiga, grita y obliga. Ellos la sienten y la sufren, callando sus voces cerrando su mirada.
Testimonios
“Mi tío tiene una pistola, el 31 de diciembre se emborrachó y me dijo que cuando yo sea grande él me la va a regalar para que me hiciera respetar.” Niño de ocho años que vive en el barrio Popular, comuna 1.
“Nosotros nos tuvimos que venir de Moravia porque mi hermano empezó a andar con esa gente que manda en los barrios; un día no llegó al amanecer, ya hasta lo estaban poniendo de carrito, ellos le dijeron que podían ayudarle a matar a los que mataron a mi papá.” Adolescente mujer de 14 años que vive en Manrique, comuna 3.
“Afuera del colegio se mantiene un ‘man’ de la vuelta: Él un día me llamó y me dijo: ‘Chinga’ quiere ganar plata, trabaje con nosotros, no es sino que venda esto y me mostró una bolsita con unas baretos.” Adolescente de 13 años que vive en San Javier, comuna 13.
Y el Gato Mambrú fue libre
Al Gato Mambrú le tocó tomar la decisión de creer en su poder interno y tomar la decisión con la valentía para escuchar su propia su voz. Esa voz que le dio la libertad y sentido a su anhelo de soñar y creer que sí es posible un proyecto de vida. Gritó tan fuerte, tan fuerte, que pensó que se quedaría sin voz.
Estrategia Gato Mambrú para la prevención del conflicto armado en los niños, niñas y adolescentes
Fue así que el Gato Mambrú, después de un tiempo regresó a su hogar; un grito que le salvó la vida y pudo ser escuchado y rescatado. Ahora está con sus padres, en otro barrio, con otros vecinos, en otra escuela y con nuevos compañeros. Hoy por hoy, vive con su familia y estudia con el sueño de ser un veterinario y con la esperanza de no volver a ver a la señora guerra. Así culmina el cuento no es un cuento.
El cuento ‘El gato Mambrú’, con su metáfora, y los mediadores expertos en lengua de señas, narra las incidencias de cómo viven el conflicto nuestras niñas, niños y adolescentes, pero lo más importante, es que cuenta cómo son recibidos de nuevo en la sociedad, indica el director del Museo Casa de la Memoria, Luis Eduardo Vieco Maya.
Son acciones emprendidas por el Museo Casa de la Memoria de Medellín, que, mediante este tipo de propuestas, ayudan a que la comunidad -en especial los niños, niñas y adolescentes- entiendan y asimilen las situaciones de violencia que se viven en nuestros territorios.
Descripción del material:
Mambrú se fue a la guerra” es una historia escrita e ilustrada por María Paulina Restrepo, que toma como base la canción “Mambrú se fue a la guerra”. En este caso, la canción la convierte en una historia que habla sobre la desdicha que ocasiona el reclutamiento forzado para proponer un desarrollo y un final distinto, en el que Mambrú regresa a casa tras encontrar su propia historia, alejando así la sombra de la guerra.
El material fue ganador de la convocatoria de estímulos para la modalidad «creación de obra literaria ilustrada para público infantil» de la línea «Museo y Comunidad» en el marco de la Convocatoria de estímulos Museo Casa de la Memoria 2021.
- Escrito por Maria Paulina Restrepo Castaño.
- Ilustrado por: Maria Paulina Restrepo Castaño.
- Edición: Sebastián Higuita Hernández.
- Diagramación y diseño gráfico: Daniela Ruiz Henao.
- Asesoría General: Adriana Marín Acevedo.
Actualmente, este cuento ilustrado reposa en el CRAM, Centro de Recursos para la Activación de la Memoria
También esta la exposición virtual “Niñez, entre el conflicto y la esperanza«, relatos sobre el impacto del reclutamiento forzado en diferentes momentos históricos.